domingo, 29 de marzo de 2015

¿MAS DESORDEN?...MAS CREATIVIDAD E INNOVACION

Cuando trabajo o estudio, tanto el lugar donde lo hago y como lo hago, tiene mucha importancia para poder generar los pensamientos y acciones creativas que requiero.

Lo siento mucho por la gente que estará en desacuerdo conmigo, pero definitivamente mi especial forma de establecer “desorden” rompe con la rectitud y disciplina que inspiran esos entornos ordenados.

Bajo la mirada conservadora de prehistóricas cosmovisiones seguramente basadas en acentuados usos del hemisferio izquierdo del cerebro, el desorden en cuartos, cajuela, closets y lugares de trabajo no solo es visto sucio e impropio, sino entendido como la consecuencia de malos hábitos de un “humano poco educado”.

Pero yo, que soy un adulto EXITOSO, confirmo que la forma que tengo de organizarme –caóticamente-no se contrapone con ninguna teoría definitiva y mucho menos es una práctica poco efectiva; soy mucho más creativo  e innovador que la mayoría de las personas.

Ahora que, reflexionando, no soy del todo “desordenado”; lo hago alegre  y principalmente en los espacios donde pienso, divago, creo, construyo y programo.


Si.Puedo ser la excepción a la regla. Por supuesto que a ti y a muchas personas les encanta por sobre todas las cosas el orden y son capaces de lograr sus objetivos y metas; pero mi trabajo, que tiene que ver con la creación de aplicaciones informáticas, solución de problemas, desarrollo de herramientas para la optimización de procesos (simplificación de actividades), planeación estratégica, ingeniería sinéctica, creación de negocios e invención de artefactos, requiere de un entorno aparentemente desordenado. (y vuelvo a decir “aparentemente desordenado” porque curiosamente en mi mente, cada cosa esta en el lugar que le corresponde)

Lo único que sé, es que para mí el “desorden en mi área de trabajo”, tiene virtudes muy importantes, como la de potenciar mi creatividad.

Este post lo escribo como consecuencia de la lectura que recientemente hice a un estudio publicado por la Universidad de Minnesota, basado en tres experimentos sobre los modos de trabajo y organización espacial de sus estudiantes universitarios.

En el primero, un primer grupo de estudiantes completó un cuestionario en una sala muy desordenada mientras que un segundo grupo lo hizo en una sala muy ordenada.

A los diez minutos  de haber terminado el cuestionario, a los dos grupos se les ofreció una manzana o una barra de chocolate. A su vez, también se les dio la oportunidad de donar a caridad, si así lo deseaban.

Lo interesante es que por la coerción implícita de los entornos a los que estuvieron expuestos, los participantes de la sala ordenada eran dos veces más propensos a escoger la manzana y además donaron más dinero que los de la sala desordenada.

Luego de este primer experimento, los autores del estudio dan con una no muy novedosa hipótesis: los espacios ordenados inspiran disciplina y rectitud ética.

En el segundo experimento, los mismos estudiantes fueron llevados a dos salas,una desordenada y otra inmaculada, y se les pidió que pensaran y propusieran nuevos usos para unas pelotas de ping  pong.

En pocos segundos, los estudiantes que trabajaron en la sala más descuidada consiguieron los usos más creativos según los jueces que los evaluaron.

La conclusión parcial obtenida fue que el orden y la formalidad también son virtudes rígidas, mientras que cierto desapego al “camino correcto a seguir” es fundamental para desarrollar mayor creatividad.

El tercer experimento invitó a que los dos grupos de estudiantes eligieran componentes adicionales para su dieta, y quienes habían trabajado en entornos ordenados elegían al “clásico” en vez de al “nuevo”.

El estudio efectuado permitió entender que así como trabajar en un entorno ordenado produce una mayor aceptación de lo “dado” y hacerlo en un escritorio desordenado incita a la creatividad, la eficiencia se encuentra en una combinación subjetiva de ambos espacios.

Mi reflexión es: Si eres el típico ordenado(a), rompe un poco con tu molde y date la oportunidad de disfrutar la maravilla del desorden y si por el contrario, eres "tremendamente desordenado(a)" empieza por priorizar y acomodar las cosas con las que podrás facilitarte la vida.

Por eso, yo seguiré practicando mi clásico y a la vez innovador…desorden controlado. 

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